Inicialmente se sustituye el termino estilo por ideología de imágenes, después de analizar y tomar mucho en cuenta algunas teorías como la de Littre del termino antes mencionado se llega a crear el concepto de ideología: Conjunto de coherencia relativa de representaciones, valores, creencias, en el cual el hombre expresa la manera como viven sus relaciones con sus condiciones de existencia.
Littre le da un sentido metafórico a la palabra Imagge, por otro lado cuando hablamos de imágenes no queremos expresar un conjunto de representaciones metafóricas, sino un sentido estricto, utilizando una combinación de elementos formales y temáticos de la imagen, con la cual el hombre pueda transmitir sus condiciones de existencia, combinación que constituye una de las formas particulares de la ideología global de una clase.
Existe una diferencia decisiva, la cual permite resolver dos problemas:
1. La relación que mantiene el estilo con la ideología global de una clase social.
2. La especificidad de la producción autónoma y no como una pura y simple transcripción de las ideologías político-sociales de las clases sociales.
El primer problema permite plantear la relación entre diferentes formas de la ideología de una clase. Mientras el segundo problema nos deja ver una relación compleja sobre las diferentes formas de la ideología de una clase no pueden ser identificadas como formas de la misma ideología de clase sino después de un largo y laborioso trabajo que, teniendo en cuenta las especificaciones de cada forma, llega a concebirlas como un conjunto.
El mayor conflicto es la sustitución de términos de estilo por ideología de imágenes ya que debido a el lenguaje corriente este lleva la sobre carga de una valoración estética.
Las discusiones sobre el estilo entabladas por los historiadores de arte burgués se manifiestan ya dos corrientes: Una consiste en definir a al estilo como una categoría estética y la otra lo define como neutro de toda valoración estética. La concepción de Wladimir Weidle es interesante. Se indigna contra la concepción de la neutralidad del estilo: Los estilos están considerados no solo como equivalentes, sino que además se los presenta como algo que no tiene relación alguna con el valor artístico.
La posición por la que opta Wladimir es errónea puesto que el autor considera que los “valores” de que es portador cada estilo son unos “valores artísticos” en un sentido cualitativo-normativo. Su tesis se funda en que hay “grandes” estilos y estilos “menores” y que los “grandes estilos” son los que constituyen “el lenguaje pictórico de una religión”, sin embargo, la posición de Weidle en lo que concierne al estilo es exacta en tanto que admite que “la actitud puramente estética ante las obras de arte las desarraiga, ya que ignora su relación< con su destino original y con el sentido que se vincula con estas.
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