jueves, 19 de noviembre de 2009

Capitulo No. 6 Del punto de vista del productor de imágenes sobre sus obras

El hecho de cada imagen sea producida por un individuo único y singular no se convierte en un problema mas que si nos interrogamos sobre la atención que el historiador debe prestar a la ideología de dicho individuo con el fin de emprender una explicación científica de las imágenes producidas por el.

Con este termino, entendemos la visión del mundo que tiene el artista y de acuerdo con la cual vive. ¿Cuál es la más importancia de este conjunto para el historiador? En la medida en que este fenómeno se hallaría en situación de reconstruir dicho conjunto, ¿habría con ello descubierto el sentido de las obras de un artista? La respuesta debe ser negativa, y esto por dos razones importantes.

I. La ideología de la obra es una ideología en imágenes.

Esta trata sobre una ideología global y personal del artista no es análoga ala de una de sus obras. Es de otro tipo. En segundo lugar, incluso la región estrictamente estética de la ideología global del artista, la conciencia que tiene de su trabajo, mientras se mantiene al nivel ideológico, no puede descubrirnos el conocimiento de sus obras, ya que esa conciencia no es el conocimiento, sino la percepción ideológica de estas obras.

En el caso en que un artista quisiera analizar de una manera científica su propia producción, no habría motivo alguno para considerar este análisis como privilegiado respecto de otros trabajos científicos.

En el caso de que pudiéramos reconstruir la ideología global o, más precisamente, la ideología estética de un artista, esta no puede servir de explicación directa de sus obras. Por ejemplo, de creer en los textos de L.B. Alberticon los ojos cerrados y considerarlos como la verdad sobre su propia arquitectura, hay que ponerlos en el lugar que les corresponde: en el interior de la ideología estética del Renacimiento. Si bien existe una relación entre análisis científico de una imagen y la propia imagen. No debemos olvidar que esta ideología es una ideología en imágenes. La ideología estética del artista no puede, en ningún caso, ser considerada como el conocimiento inmediato de la ideología en imágenes de sus obras.

II. La ideología político-social del artista no corresponde necesariamente a la de una imagen.

El ejemplo de Balzac que nos dio Engels que puede existir incluso una contradicción entre la conciencia política de un escritor y la ideología política de una de sus obras, no debería haber diferencia entre la producción literaria y la producción de imágenes.

Por ejemplo el caso de Callot: ¿Qué relación existe entre su ideología política personal y la que se deduce de sus dos series de aguafuertes Las pequeñas miserias y Las miserias y desdichas de la guerra? ¿Son idénticas o diferentes?

La primera serie, grabada a fines de 1632, permaneció inédita en vida de Callot, en tanto que la segunda se publico en los comienzos de 1633. Recordemos algunas circunstancias de orden político: el duque de Lonera, Carlos IV, estrechamente vinculado a las casas de España y de Austria, conspiraban con Gastón de Orleáns contra Luis XIII y Richelieu, acusado de sostener a los herejes protestantes holandeses y suecos. El resultado no tardo en llegar: Carlos IV cedió dos veces, una al firmar el tratado de Charmes, el 25 de Septiembre de 1633 entraba Luís XIII en Nancy. Durante todo este tiempo, “el pobre pueblo estuvo desolado y arruinado por los frecuentes alojamientos de dichos hombres de guerra, que despojaban, saqueaban y violaban, y cometían otros actos de hostilidad, no guardando orden ni contención alguna”.

Felibien refiere que Luís XIII, “habiendo reducido a su obediencia la ciudad de Nancy, mando en busca de Callos y le propuso representar esta nueva conquista, como lo había hecho con la toma de la Rochela; pero Callot rogó a su majestad, con mucho respeto, que se dignara dispensarlo de ello, porque era lorenes y no creia deber hacer nada contra el honor de su príncipe y contra su país. El rey admitió su excusa diciendo que el Duque de Lorena era muy afortunado por tener súbditos tan fieles y tan afectivos. Como algunos cortesanos no aprobaron la negativa que había opuesto, dijeron en voz bastante alta que era preciso obligarlo a obedecer la voluntad de su majestad, lo cual, habiéndolo oído Callot, respondió al punto, con mucho valor, que antes se cortaría el dedo pulgar que hacer algo contra su honor, si se le quería obligar a ello.

De esto se deduce una actitud clara a favor de Carlos IV de Lorena y de su política. Luis XIII fue considerado por Callot después de la toma de Nancy como un ocupante.


En apoyo de su tesis, escribe Sandoul que cuando la guerra encubierta sucedió la guerra declarada, algunos pueblos tomaron las armas y rechazaron en ocasiones con éxito a los mercedarios, cualquiera que fuera el partido a que pertenecieran. Estas tentativas aisladas y faltas de organización fueron en su mayoría ahogadas en sangre. Algunas fueron a parar en el vandalismo, o en el alistamiento de los rebeldes en este o en el otro campo, con todo, el problema quedaba en pie: si los campesinos se armaron alguna vez para rechazar a los mercedarios cualquiera que fuese su partido. El texto de Sadoul, implica precisamente hablando, en Lorena, en aquella epoca. Otra explicación, diametralmente opuesta a la suya, es la nos parece mas verosímil: las pequeñas miserias, como por lo demás las grandes, refieren los diversos momentos de la vida militar durante la cual el soldado se siente tan pronto verdugo y tan pronto victima. Sadoul cree que el campesino es el héroe de las miserias de la guerra, pero es el soldado. El moralismo de Callot reside en el hecho de que denuncia los excesos inútiles e inhumanos, independientes de aquel que los comete.

La gran serie publicada en 1633, aquí la contracción entre la ideología política personal de Callot y la de las aguafuertes es todavía mas notable si nos atenemos a la explicación de Sadoul, este insiste en el hecho de que “El desquite de los campesinos sustituye un llamamiento a la insurrección campesina y a las represalias.

Sadoul recurre simultáneamente a dos argumentos. El primero nos recuerda el testimonio de Lukacs sobre la necesidad durante una época de disimular palabras no aceptables bajo citas de Stalin: ¿Podría el lorenes concluir sus grandes miserias con un claro llamamiento a la insurrección campesina? El segundo argumento que nos propone es el siguiente ¿Es verosímil que Callot concibiera un a esperanza utópica en la sabiduría de un monarca filosofo, cuya justicia perfecta concordaría con las represalias de los campesinos sublevados.

Estos argumentos hipotéticos aparecen en Sadoul, porque quiere que a toda costa en contra la ideología política personal del artista en el interior de las imágenes producidas por el. Si no se tiene esta idea fija en la cabeza, se vera muy claramente que las grandes miserias y desdichas de la guerra son una obra de propaganda política a favor del ejercito, demostrando las desdichas del oficio de soldado y abogando por la moderación en cuanto a la utilización de la violencia.

Como quiera que sea, puede afirmarse una cosa: que no se debe confundir la ideología política personal de un artista con la ideología política de ciertas imágenes o series de imágenes de carácter político producidas por el.

Si el origen de clase de un artista no explica el estilo de sus obras, tampoco lo explica su conciencia política. La fina distinción entre el ser-de-clase y el estudio-de-clase de un artista que hace Mo Tse-tung en las charlas sobre arte y literatura. Repetida por Alain Badio en su estudio “L’autonomie du processus esthetique”, sigue conservando como centro del análisis no la obra sino su productor. La obra tiene pues, un valor operativo en el caso de los artistas vivos, pero esta desprovista de intereses en lo que concierne al análisis de la producción artística del pasado.

Hay que insistir en la diferencia entre la critica de arte que se ocupa del arte contemporáneo , que se dirige pues también a los artitas y conserva por este hecho un aspecto propagandístico inmediato,y la historia del arte cuya función Principal es explicar los fenómenos pasados sobre los que ya no puede influir.

Comentario:

Este punto que se trato anteriormente es muy importante debido a que el historiador debe poner mucha atención para emprender una explicación científica de las imágenes, partiendo de este estudio se puede comprender la visión del artista y la realidad de su mundo.

Sin embargo se construyen la ideología global de un artista y esto no dictamina una explicación profunda de la obra. Según Balzac no debería haber diferencia de producción de literatura y producción de imágenes.

Por un lado el ejemplo citado de Callot, nos habla de una visión donde el ejercito o el gobierno actúa de una manera hostil, aprovechándose de su poder para agredir psicológicamente y físicamente al pueblo, pero en su ideología trata de que las cosas no parezcan así sino que la imagen del soldado sea la de un héroe al tener que contemplar ciertos aspectos desagradables por los que tiene que pasar par sobrevivir a ese mundo que l e es construido.




La ideología estética, y la conciencia de su trabajo no son suficientes fuentes de información como para definir el conocimiento de la obra de un artista, auque el artista hiciera un análisis de su propia producción no se puede considerar este estudio como algo cierto y privilegiado respecto a otros proyectos de análisis.

No se debe comparar la ideología política personal de un artista con la ideología política de ciertas imágenes de carácter político de el.
El nivel social de un artista no se define por el estilo de sus obras, mucho menos por su conciencia política.

Y el historiador se debe enfocar mas en los estudios de artistas contemporáneos, ya que si tratase de explicar los pasados estos ya no influyen y tanto a futuro.

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